domingo, 14 de septiembre de 2025

INTERACTUAR CON EL ENEMIGO

 No sé. Y si lo sé, no me entero. 

La única vía que tengo para interactuar con la plebe y demás figuras aristocráticas que pululan con el y por el circuito de las ondas electromagnéticas? que dan pie a relacionarnos totus tus, con los otros, más allá del telón de acero, no me hacen ni un puto comentario. Mucho visitar páginas y nada de comentar con el autor. No una pregunta sobre mi impresión sobre lo que quiero decir. Ya. Tres cojones os importa. Eso de no saber desde donde me visitáis, es parte del plan para que no sepa que me estáis robando las ideas. ¡Qué presuntuoso! ¿Verdad? Pero qué ideas pringao, si eres más plano que la fila de una tira de neutrones. No sé. Hace un hueco que no me postulo al publicar artículos, solamente para conmemorar la barbarie terrorista del 11M, donde suelo recordar a uno o una de aquellos que iban en el tren para dedicarles mis respetos a todos. Y aún con esas, nada me llama a seguir publicando sobre otras cuestiones que antes me eran imprescindibles por la situación personal que atravesaba. Pero el paso del tiempo me ha relajado, me ha calmado el espíritu y la necesidad se ha convertido en apatía. Aunque lo intento, no lo supero. Hoy, he comenzado con esta que sigue hasta el final, si llega, que por llegar lo intentará, aunque sea en tercera posición. Os lo juro. Voy a seguir escribiendo a partir de este que os cuento. Solo con una condición. Si en cinco (5) publicaciones no recibo un comentario, os mando a todos al guano. (El culo en castellano). Y me veré en la situación más paradójica que pudiera haberme visto en relación a mis publicaciones. Sigo o no sigo. De vosotros los lectores depende. Si en este pos.te no recibo un comentario

 Cierro el blog y me piro. Sin dolor


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