Alfonso Albacete. Acrílico. http://www.pinturayartistas.com
Cuando los males me aflijan buscaré pronto el consuelo en tus brazos como el cielo pasiones se regocijan Serás la estrella que elijan las flores, para cubrir y con tus sueños sentir versos del mejor poema la estrofa convierta en gema los anhelos por construir.
Sin saber a ciencia cierta lo que le puede deparar el próximo instante, contempla plácidamente desde la terraza de la cafetería, el devenir cotidiano del momento. Sentado en una postura informal, relajada, rozando la impostura, echado sobre la silla como si se hubiese precipitado desde una altura considerable y tomado esa forma alargada al caer tras quedar inmovilizado como pose de alguna ilustración fotográfica. Casi recostado sobre la horma de un cuerpo esbelto, musculoso, pero refinado en las lineas marcadoras del perfil corporal, define su silueta. Entre los dedos un cigarrillo a medio consumir y humeante, la pierna izquierda cruzada sobre la otra, con una sonrisa pícara en los labios y los ojos, entornados por el peso de los párpados. Encima de la mesa junto a la silla que ocupa, una copa de ginebra con tónica, y a su lado una pequeña caja de las utilizadas para obsequiar con joyas, bisutería o cualquier presente que se estime oportuno en el momento y persona a quien vaya dirigido. El tiempo no se detiene, pese al empeño que muestra Andrés porque así sea. Su estado emocional relativiza las percepciones, adquiriendo sensaciones placenteras, mas allá de cualquier reflexión ecuánime con un pensamiento determinado y coherente. Se deja llevar junto a la brisa. El murmullo de voces que son desplazadas junto a aquellos que las emiten, entonan un acompasado compás en sus oídos, musicando la sensibilidad receptora de cualquier sonido. Transcurre la tarde a mayor velocidad de la deseada al comprobar con cierta inquietud, cómo la franja horaria desde que se sentó en aquella silla de la terraza del bar, ha variado irremediablemente sin percatarse de que la hora que espera su llegada, se acerca a él sin pausa ni motivo que la detenga. Recompone la postura tomada sobre el asiento que ocupa, bebe de la copa y saca otro cigarro de la cajetilla que coge del bolsillo de la cazadora que lleva puesta, junto a un mechero tipo zippo. Enciende el pitillo y exhala una bocanada de humo, transmitiendo el cambio de actitud ante la mostrada anteriormente al mirar el reloj. Ya no es el ser despreocupado por los acontecimientos, ahora; se prepara para protagonizarlos. Al cambiar la interpretación, con ella lo hacen las apreciaciones que del lugar y personas que cubren su entorno de ese instante. Es consciente de la marea de gente que pulula en ambos sentidos de la amplia acera que también es ocupada por él. Las voces que se oyen, se convierten en indescifrables sonidos guturales sin compás ni melodía. La atención encuentra los sentidos dispuestos a adquirir otro tipo de sensaciones. Está decidido a afrontar lo que con tanto empeño persigue, sin haber sido capaz de dar el paso decisivo; hasta el momento en que se dijo: - De hoy no pasa. Siendo ya el tercer día en el que se vuelve a repetir dicha frase, al haber fracasado anteriormente en dos ocasiones. Convenciéndose ingenuamente con la célebre acepción de: "A la tercera, va la vencida". Tal vez la ingesta de alcohol le ayuda en afianzar la decisión tomada. Seguramente aumenta su autoestima y valor para facilitar la dicción en el establecimiento del diálogo a emplear, e incluso puede que fije su seguridad en los sentimientos que le arrastran a plantear una postura determinante de la que espera salir airoso y con la certidumbre de que todo lo pensado se reproducirá con la fijación y voluntad deseada. Sin duda, valora como positiva la bebida de alguna que otra copa; afianzando la decisión tomada, sin posibilidad de retornar en el argumento de la idea inicial. Mientras tanto, sortea amargamente el sol la mirada, dibujando sombras amenazadoras con perfiles de aristas escabrosas de un pesaroso atardecer , que ante el ocaso de la luminosidad en un horizonte de hormigón, los edificios aparecen delineando una figura quebradiza en el fondo del barrio; se perciben también con notoria sensación, los rápidos desplazamientos de la gente, que acaso están llenos de intranquilidad por llegar a un destino en el que hay esperando impaciente el deseo de una ilusión, o la inquietud de una duda, puede que de una explicación ansiosa por saber hasta qué punto es cierta la sospecha; también la confianza de ser acogido con afecto, cariño, amor presuroso del encuentro y ser recibido entre unos brazos poseedores de la tranquilidad en la que uno se siente protegido. Ya sea por ver terminada la jornada agobiante y cansina también, donde el hartazgo supura lleno de rabia por tanta incomprensión en los distintos ámbitos laborales que se ven pisoteados por el abuso y el poder. La querencia que tanto espera a lo largo del día, una sonrisa amable llena de besos conciliadores. Gente que a esas horas se mueve en todos los sentidos que bordean la plaza; allí se abren las calles que circundan tan concurrida glorieta. Las sombras se van alargando en el parque situado en el centro de aquella agradable zona central ocupada por un coqueto jardín con un bello parterre custodiado por una arboleda en la que unas palmeras, cubriendo las alturas de otros frondosos compañeros de planta, figuran como majestuosas reinas de un pequeño oasis del asfalto. Acompañan al bello jardín unos coquetos bancos de madera, ocupados por gente variada en su edad, vestimenta y animosidad ante las representaciones que se ejecutan con más o menos énfasis. Unos niños, alborotan los silencios de algunas personas en su paciente estancia; mientras alegran las sonrisas de las madres en las conversaciones que mantienen en sus corros de reunión, ajenas al estrépito que causan los automóviles en su circulación alrededor de la plaza. María, junto a una compañera de trabajo, llega hasta una de las intersecciones con la plaza, provenientes de la calle donde esta el edificio de oficinas en el que trabajan ambas chicas. Su amiga, tras despedirse de María con dos besos, toma un autobús y ésta continua hacia la ronda central cruzando un paso de cebra. Se adentra en el parque por medio de un camino, donde las farolas isabelinas ya han dado su punto de luz artificial para ir acompañando la huida de los rayos solares, ocupando su lugar poco a poco, hasta que les llegue el momento de quedarse a solas cubriendo junto a las estrellas toda ilusión o sueño que aflora entre dulces pensamientos. Andrés está situado junto a una farola cerca del parque donde los niños, poco a poco van abandonando los juegos, cogiendo las manos de sus madres o en grupo intentando alargar la algarabía que mantenían en la arena o en algún elemento del conjunto de diversas atracciones para jugar que tiene la zona del parque. Lleva la pequeña caja en las manos, y Andrés duda al aumentar su nerviosismo cuando ve acercarse a María. Continúa junto a la farola, y ella pasa a su lado mirándole de soslayo con una leve sonrisa. Tras dejar unos pasos de distancia, comienza el avance de Andrés, con la gran incertidumbre que atenaza sus movimientos y causándole una ansiedad que le hace ver otra derrota de sus intenciones. Pero de pronto ve los ojos de María que con un giro de cabeza, le mira y disminuyendo la velocidad de sus pasos, va esperando que llegue Andrés a su altura; pues éste, una vez realizada la operación de avistamiento entre las miradas llenas de deseo y esperanza, con pasos rápidos y seguros, se coloca junto a la chica saludándola. - Hola, me llamo Andrés y tu? - Soy María, yo te conozco. Eres el mensajero que vas donde trabajo a llevar correspondencia. - Si, así es. También me había fijado ya en tí, cuando voy por allí. Lo que pasa es que como voy tan rápido y con prisa, no me da tiempo a hablar con nadie. - Ya, supongo que tendrás mucho trabajo que repartir en poco tiempo. Le respondió María. Andrés le contó cómo sabía el camino que tomaba después de salir del trabajo y cómo había decidido esperarla allí para poder hablar con ella e invitarla a tomar un refresco o una copa, según su gusto. Tras mantener una amena y simpática conversación, decidieron entrar en una cafetería para seguir hablando y conociéndose. Después de tomarse la confianza como para sentirse relajados, Andrés le ofreció la caja que llevaba en las manos. A lo que María, visiblemente emocionada al abrirla, comenzó a sonreír dándole las gracias por tan bonito detalle. Andrés al ver iluminada la cara de la chica para redondear la entrega del regalo le dijo: - Son los pétalos que desprendías y he ido recogiendo por donde ibas, cada vez que me acercaba a ti y no me atrevía a entregártelas, hasta hoy.
Gustave Caillebotte. Girasoles en el banco de Sena. es.wahooart.com
La vida te da, te quita afecto emoción que estimas medito bonitas rimas versos sobre una hoja escrita Llenar de pasión invita una letra en compañía disimula la agonía acaba con la fatiga, tu amor la pena mitiga resaltando mi alegría
Estoy amarrado a tu vera la mirada a sotavento la quietud se torna tensa aun sintiendo el afecto placentera brisa amiga el viento agita el empeño prendido de una aventura que encaminará el consuelo al corazón más querido sobre tierra queda envuelto sujetan los fuertes brazos firme voluntad de ensueño al zarpar en suaves olas el valor, a proa encuentro izada está la bandera con tu amor el rumbo llevo protegiendo lo que soy mas contigo, nada temo.
Romance, inspirado en la fotografía de Yolanda Roman para la comunidad EDUPSIQUE: Narrativas multiformes, sección #ancla2.
batalla de un grito marcado a espada de tu voz rasgada rota la siento. Triste senda cubierta de cemento raíles con cuchillos señalada el deseo escondido en la cañada del amor partido por un lamento. Se deshace en la memoria una rosa sus pétalos, las espinas malditas semilla de odio, sangre sobre el tallo. De tu rostro cada rasgo detallo
Es una máxima que se cumple cíclicamente en todos y cada uno de los ámbitos sociales en los cuáles hay poderes influyentes para determinar la línea a seguir, o dicho de otra manera y forma; o se hace lo que yo diga o me vais a tener que ir copiando en la pizarra cienes y cienes de veces: - "Si buana, no volverá a pasar". Es una forma simpática y amena de empezar. No pretendo exhalar, expulsar, vomitar, toda mi ira y rabia a través de éste mi blog. Bueno, sí. Un poco. Y la tengo para dar y regalar, sin cobrar. Que asco me da. Tengo y debo tomarlo a broma, hacer como que no va conmigo y me resbala todo lo que leo o veo por pantalla led, digital u otra cualquiera que se me ponga delante de la nariz. La misma que separa mis ojos en el rostro que sustenta todas mis emociones. Lo que si puedo hacer y hago, es mostrar en la red donde publico, el blog que transcribo con más o menos sentido, reflejo mi estado anímico, además de mis prudentes palabras sin salirme de los cánones establecidos dentro de un buen estilo y parámetros de respeto hacia los lectores, como muy bien compartí en días anteriores en una especie de decálogo de una compañera de letras sociales (Carmen Pinedo: El Manifiesto), donde establece unas normas de buen sentimiento con las palabras. Lo "cualo", no estaría bien que me pasara por el forro. Mas me voy por la tangente, dando tal explicación para señalar mi cambio de rostro en la imagen que muestro en el perfil de la cuenta gugel +, que aunque es uno de los motivos por los que he empezado a palabrear, es la mínima excusa de las que debo dar cuenta de mi sentimiento, hacia lo que aquí pasa y a un número elevado de personas le trae al pairo lo que a mí me mosquea, hasta el punto de buscarme otro careto para mostrar lo que siento al darme cuenta de las campañas que se montan para desprestigiar a unos, al igual que por otra maniobra de birlibirloque nos hacen creer cuestiones que o nada tienen que ver con la realidad o son prácticas que han o siguen utilizando, aquellos que tienen el poder y la potestad para hacerlo, dada su influencia y poderío.
Voy a sintetizar y aclarar lo que con tanto rollo he expuesto sin dar aún noticias de lo que trata y aquí se escribe. Podría catalogarse está introducción o preámbulo como morralla, y no lo negaría en un momento dado, pues si se lee con detenimiento, aquí cabe lo que no está escrito, o sea una "z" por ejemplo, que creo no he usado todavía.
Me estoy refiriendo y lo hago sin ningún tipo de rubor ni cortarme un pelo, al comunicado de la asociación de la prensa de Madrid. Su presidenta Victoria Prego, ha lanzado así como quien no quiere la cosa, que los diputados podemitas y entorno coartan la libertad de expresión de periodistas que cubren la información en el congreso con frases del tipo. -"Tú eres tonto", "lo que cuentas es mentira", y algo que huele a amenaza como:-"Te vas a enterar como sigas publicando lo que publicas" o algo parecido, además de los comentarios que les dedican por tuiter los votantes y simpatizantes del partido del que te cuento. No hay ni por donde cogerlo. ¿Los podemitas van a amenazar y presionar a los afamados periodistas de las cortes y éstos se van a ver intimidados por sus señorías?. Hombre, que me digan que los parlamentarios del pepé o seudosocialistas, que son los que tienen poder y miembros en consejos de administración de poderosos entramados empresariales que controlan medios de comunicación; pues como digo, me lo dicen que son éstos los que mueven hilos y me lo creo, pero que los profesores de universidad van a presionar al director de "La Razón", "ABC" o "El País", cuando son ellos los que manejan el tinglado y sabemos de periodistas que han tenido que abandonar sus redacciones por presiones pperas y sociatas, o no pueden ir a tertulias que ellos controlan, y nos vengan ahora con el cuento de María Sarmiento que fue a cagar y se la llevó el viento, pos no cuela. Hablamos de directores de periódicos como Francisco Marhuenda, J.Luis Cebrian, Eduardo Inda, Bieito Rubido, etc,etc... que a sus redactores en el congreso les coartan teniendo a susodichos personajes como jefes; a ver quién le mete mano a estos tipos, desde Podemos. Victoria Prego creo que alucina en colores, pepinillos en vinagre. En otro comentario que me llama la atención y me mosquea sobremanera, ha sido el rechazo por parte del grupo parlamentario pepero en el senado al rechazar una proposición no de ley, donde se trataba de otorgar a los niños huérfanos de madre a causa de violencia machista, de una pensión; al igual que la que tienen los huérfanos de actos terroristas. Eso fue ayer en el dia que se celebraba el "Día de la mujer". Sin comentarios. Bueno, sí; uno. El presupuesto de dicha proposición estaba dotado con tres (3) millones de euros. Seguro que el deficit que podría causar tamaña resolución era inasumible por el estado. No puedo dejar pasar la noticia que involucra a la etapa de la lideresa Espe Aguirre, con la financiación ilegal del pepé. Caso "Púnica". Ciudad de la Justicia, hospitales a cascoporro, menudo chorro de millones que se fueron por esos proyectos, caso judicializado. Yo no me meto. Para finiquitar la deuda, me he puesto el Kareto de Ran Xerox, robot anti héroe creado por Stefano Tamburini en colaboración con Andrea Pazienzia y tomado posteriormente por Tanino Liberatori, que se publicó en España por primera vez en el cómic "El Víbora", en 1980. No sé si dejo algo en el tintero, si así es; seguro que está manchado de negro. ¡Qué raro!, de negro; como si aquí el dinero tuviese ese color como norma general. Quien dice dinero dice cheques, parné, money, plata, guita, talegos, pasta, boleto, cuartos, mosca. Me da no sé qué, aligerar por la muí, tan de repente, sin meter bola ni ocasión para ello he tenido. Vale , me doy el queo; pero debiendo un ensayo o tesis popular, en la que ya me estrujaré la perola sobre qué tratará. Ni os imagináis lo que pesa la losa sobre mí al dejar de escribir, me voy con tanta pena... Vale, lo dejo. PD. He vuelto a colocar mi careto real. Ya se me pasó la irritación que me tenía la jeta llena de espumarajos, y no era cuestión de ofrecer tal imagen.
Ahora que nadie escucha ni lee aquello que escribo me salto las reglas fijas que al relatar yo persigo puede que me pase un poco asoma un verso sin ritmo y tapo bajo la rima unas palabras con ruido que dañan cualquier poema decir algo sin sentido forma parte de esta estrofa que iré arreglando si admito el gusto que causa todo al ver en orden debido los caracteres que priman hacer un romance tipo adornando la sapiencia sobre cualquier otro lío de los que en largo tiempo ha al dictar en trance grito y la emoción que me embarga el ir con retranca, rindo alta y mera pleitesía por demasiado eufemismo giro, que a algún sitio lleva cueva donde vive el pillo guarda las uvas que roba al igual que el lazarillo engatusando al lector con las normas que defino plasmo sin escatimar los versos sin mas remedio dentro de unas pautas claras medité romper de inicio pero de nada vale eso al quedar como un chorizo sobre la brasa, ya acabo tanta monserga sin sitio antes de destruir una oda cojo mi boli, me piro aun con pocas ganas de irme aquí se acaba el camino.