lunes, 23 de octubre de 2017

CRÓNICAS DESAPRENSIVAS. La primera.

  
              Alfred Sisley. Boote bei Bougival. wikimedia.org 
                            

                                 
Cierro la puerta. Pulso el interruptor de la luz.
Y aparece mi más cruda realidad. Atrás, queda una de tantas fantasías por las que transcurren los pasos dubitativos que doy a lo largo del día.
Solo recuerdo el último momento que fue testigo de otra pérdida de la dignidad, que se me supone tengo.
No sé si el alcohol ha conseguido distorsionar mis percepciones de tal manera, que me hace dudar de lo que creo ha sucedido, lo cuál, me hunde cada vez más en la podredumbre intelectual por las que han pasado mis actuaciones sociales al cabo del tiempo.
Voy por el pasillo dando bandazos y golpeándome con ambas paredes que delimitan el distribuidor de las distintas habitaciones que conforman la vivienda. Retrocedo, aturdido y averiguando con dificultad la puerta que me conduce hasta la cocina. La luz blanca se expande atacando los ojos e incrustándose como cuchillos en el interior de mis pupilas, haciendo que los cierre con rapidez y con un movimiento rápido los cubro con una mano.
Seguro que es la espesa sensación empalagosa y pegajosa de la boca, la que hace de la lengua una tira de tasajo, y busco agua en la boca del grifo del fregadero. Meto la cabeza en su oquedad, saciando mi sed y empapándome la cabeza, levanto ésta resbalándome el agua por el cuello, mojándome el pecho y la espalda.
Siento alivio al comprobar que aún puedo mantener el equilibrio y no caigo como un trapo sucio sobre el suelo, empapado por el agua que desborda mi pelo. Apoyo una mano en la mesa, que alimenta el impulso que tomo para salir de aquél habitáculo semejante a una inhóspita sala quirúrgica con las herramientas de corte preparadas para actuar en materia específica para ellas, amparadas bajo la blanca luz celestial camino del matadero.
No tengo decidido si apalancarme en el sofá del salón televisivo, o tirarme en la cama mientras expando el aliento allí por donde paso. Tropiezo torpemente y caigo por tiempos, intentando evitar un mayor trompazo, apoyo las rodillas de milagro, sobre la gastada moqueta que cubre el suelo, evitando milagrosamente darme con la puerta del dormitorio al estar ésta entreabierta y desplazarla ligeramente por la inercia de la caída.
Me daño la muñeca de la mano izquierda, no por evitar golpearme la cabeza, como así ha sucedido; sino por la mala postura que adquiere el brazo debajo del cuerpo que aplasta con su peso junto al costado. Estoy tendido un leve espacio de tiempo y recupero la posición de la mano hasta posicionarla a la altura de la cabeza y compruebo su movimiento normal, aunque con un pequeño dolor emito un soplido de alivio al no habérmela roto.
Con gran dificultad consigo levantarme. Miro la oscuridad del fondo del dormitorio, con la cama en penumbra por la escasa luz que le llega del punto de luz del pasillo, y decido dar la vuelta hacia el salón, sin ganas de acabar la velada tumbado como un guiñapo babeando en la cama.
Enciendo la luz. Recojo el mando de la televisión y le doy vida a la pantalla que refleja los colores en el fondo del espejo colgado de la pared opuesta. Voy hacia el mueble donde guardo las botellas de bebidas alcohólicas junto a algunos vasos. Me sirvo una copa.
La deposito en la mesa tras beber un trago estimulante del expectante gaznate ávido de sabores apreciados. El sofá me acoge con un impacto brusco al tirarme sin cuidado sobre él. Miro hacia la televisión sin interés alguno sobre lo que emite y seguidamente pasan por mi mente escenas inconexas e incompletas de algunos hechos sucedidos durante las horas anteriores.
Constato sin dudas ni lamentos, la mierda de vida que llevo.
Cambio sin reparo ni orden los canales de programación hasta dar con uno deportivo. Lo dejo y continúo bebiendo enumerando algunas de las películas tan raras que tengo que montarme para poder subsistir.
Empieza a atormentarme la idea de que todo lo ocurrido hace unos instantes sea cierto. Aunque insisto en convencerme para conservar la esperanza de que mi imaginación esté jugándome una mala pasada.
Pero en realidad, me estoy intentando engañar sin conseguirlo, a pesar de que mi lucidez esté trastocada por los efluvios alcohólicos. 
Sé que esta noche marcará mi futuro y debo recordar qué y cómo pasó, para saber a qué atenerme.
Llego pensando y tras muchas vueltas hasta el momento en el que coincidimos. Dentro del mismo edificio en el que ambos vivimos. Ella estaba esperando el ascensor; guapísima, sensual y atractiva. Cerrábamos las fiestas de la que cada uno habíamos disfrutado.
La habitual conversación auspiciada por la desinhibición del vacile y descaro que a esas horas propician la excitación y alegría de una noche de desparrame, alientan el roce, los tocamientos, y de una manera natural y deseada, la pasión.
Lo uno lleva a lo otro y entre pitos y flautas, ya en su piso, no sé si antes o después de una penetración, ni en qué cuerpo se produjo, me ví entre las manos un rabo como la manga de un abrigo.
Por las sensaciones que siento donde termina la espalda, me temo lo peor. O quizá no fue tan malo.
No recuerdo mas detalles. O no los quiero rememorar.
¿Ahora, soy homosexual o bisexual?
Joder, no tengo remedio. Me meto, o me meten, en todos los berenjenales. 
Visto desde la perspectiva del consuelo, otra puerta se abre. Vamos; que ya se ha abierto.


    



miércoles, 4 de octubre de 2017

SIN BATERIA

   PacoPomet. Infancia. -www.thisiscolossal.comtagsoil-painting


                                  
Estoy enchufao. Cargándome.
Noto las letras circular por mis ramificaciones neuronales, y golpeándose unas a otras en el momento de entrar en el acumulador cerebral. Se hacen un hueco en el lugar más apropiado a sus intereses de acomodo en la oración, párrafo o junto al signo que designe su mejor futuro.
El punto acaba de desplazar a un artículo con gran virulencia, y sin miramientos hacia éste nuevo párrafo que acaba de iniciar, sin tener ni idea de hacia qué camino dirigirse. Bueno. Corto por lo sano y así se quita marrones y tonterías de encima.
¡Ostia! ¡Qué calambrazo me acaba de dar! Seguro que han sido dos letras que han entrado juntas. Alguna "ll", o "ch", también ha podido ser la "k", que suele colarse con la excusa de una falta ortográfica diciendo: - "Ke paso". Y pasa sin más miramientos, avasallando y clavando las líneas casi perpendiculares que en su boca lleva, abriendo y cerrando con gran velocidad, intimidando y mordiendo a la que se ponga por delante. ¡Pero qué abusona es!
Qué jodidas son las letras. Ya no saben ni cómo juntarse y qué decir para llamar tu atención.
Ya voy por el 2,5%.
Pos no me queda ni ná.
No sé si aguantaré hasta cargarme del todo. Lo mismo me piro con el 50% de capacidad sin haber dicho ni una mierda. Si, así soy. Me da una vená, y no me lo pienso dos veces. Me aliguero echando mixtos. Y sin cortarme un pelo. Pero no os preocupéis, que igual pilláis algo por el camino, aunque sean unas ladillas.
No me acabo de cen...
Perdón, ha habido una parada de energía, dejándome colgao y con la letra en el dedo pulsando el teclado. He tenido que golpear a los puntos para que reaccionara la maquinaria y continuara la carga. Gajes de los sistemas operativos desfasados, incrustados éstos en vena desde hace un porrón de tiempo, el que tiene aproximadamente la máquina expendedora de textos.
Así y todo, vacío total.
No cojo el ritmo. Me estoy encasquillando. Como siga igual, dentro de otras cincuenta líneas más, me doy el queo.
Oro parece, plata no es. (1)
Es patético. El escrito, claro; sin hilo ni aguja espero enhebrar algo sin sentido, y aquí sigo dando la brasa. No tengo remedio.
A la espera de mejores noticias, escucho música para calmarme un poco, pues aunque el repuesto de energía sigue avanzando, las letras no lo tienen nada claro.


DESPIERTO SIN SUEÑOS



Menudo despertar raro
no pasa el tiempo, es temprano
al alba, aún no soy humano
duermo otra vez con descaro
otro sueño bello y claro
y después, abro los ojos
olvido recuerdos flojos
con sentidos alterados
busco deseos raptados
solo alcanzo a ver despojos.



Menudo mal rollo. Despierto con la luz del día, o mas tarde; ni ganas ni maneras para salir de la cama. Una cabezadita corta que produce un espectacular sueño. Dormido, lo vivo; qué espectáculo más gratificante y placentero. Abro los ojos y no lo recuerdo. Sabiendo que ha sido cojonudo, me como la cabeza haciendo memoria, pero el malaje del subconsciente, entre escaramuzas de birlibirloque, me lo ha robao. 
Pos mosqueao to la mañana intentándolo capturar. No ha habio manera. Y así estoy escribiendo sobre ello, a ver si por casualidad se manifiesta. Na, que le den. Otros vendrán que le harán ser olvidado (el continente, no el contenido pues de éste, ni idea)
Que bien sienta cuando se hace algo por otro, por muy nimio que sea el acto, si al que va dirigido le place o resuelve la situación, causa una pequeña, mediana o gran hemorragia de satisfacción, acorde al bien causado en el ser al que se le echa una mano. 
Dea, deae, deabute, deabutae. Creo que es la tercera declinación. NPI.
Y no hay más.
Hasta que siga con la que viene.
La que continúa es para nota:

                 " Manifestación
                  palos y carreras
                 Al final en un bar
            nos bebíamos el mundo
              Compañeros de baile
    amigos de veinte duros los domingos" (2)

Título de la canción y grupo. Con pistas esclarecedoras, como que no se formó en la movida madrileña, pues ya narraban las peripecias que la juventud sufría durante el régimen fascista de aquél que nunca olvidamos y arrojamos en la cara para calificar al contrario político, como si las condiciones políticas tuvieran algo que ver con las actuales. 
Cuando estábamos sometidos a dos fascismos, el institucional y el asesino etarra.
Qué piel más fina tenemos para unas cosas y qué dura y gruesa para otras, que nos hace tragar con ruedas de molino.
Antes de que se me pase. Los enunciados captados entre paréntesis, son para que por medio de una reseña comentada, deis pie a adivinar, enrollaros o criticar, e incluso mandarme al guano si así lo creéis oportuno; o no comentar, dando como hecho una abstención de la mayoría silenciosa que a bien tiene leer y pasar olímpicamente.
La última, es una de los que más me han seguido a lo largo de mii existencia, haciendo constar que la poesía me la he comido con patatas to la vida, hasta que inicié mi andadura para deletrear en éste blogg.
Ahí va:

                "Como se pasa la vida 
               como se viene la muerte
                       tan callando;
             cuan presto se va el placer,
             cómo, después de acordado,
                          da dolor;
                cómo, a nuestro parecer,
                cualquier tiempo pasado 
                        fue mejor" (3)

Es la esencia de la espiritualidad, sin querer adherirme o rechazar lo expuesto, propongo averiguar el título y autor. Si pongo el primer verso, no hace falta  ni preguntar, aún así: -A jugar. Fácil, ¿no?.
Se está recalentando la batería, la calor se me está pasando por las extensiones nerviosas, y al ser tan sensibles, corro el peligro de salir echando chispas y electrocutar mis procesadores integrados en la placa base del cabezón.
No sé cómo acabaré si no desconecto inmediatamente ( sí, lo sé, pero no lo digo para no dar cuenta de un espectáculo gore)
Al loro con la ficción que estamos montando. Seguro que saldremos más jodidos de lo que entramos. Y sin vaselina.

PD. - Sigo con la costumbre de "dedear" en las terminaciones de las palabras cuando me apetece, espero me lo disculpen, no es ignorancia intelectual, mas bien es lenguaje coloquial. Sin haberlo deseado, me ha salido un pareado, eso ya lo dijo otro enterado. Vaya otro, con un triple. Estoy sembrao, ahora que casi me he pirao. Al final no me voy, mejor me cojo un convoy. Esto tiene pinta de enrocarse. A la próxima vuelta me tiro. Ya. Estoy fuera. Venga. Lo que pasa es que tengo la chepa llena de datos, y debo soltar lastre para no sufrir la sobrecarga que afecta al cabezón.
No sé como cerrar la página, ahora que nada tengo que decir (como siempre) me siento a gusto.
Abrazos para ellos y lo mismo para ellas. No tenemos la suficiente confianza como para repartir besos a tutiplén.
¡Vaya! con la valla de PD, casi se atraganta con la baya. Me abro ya. De canal.