Lo siento. Bueno no; lo voy a dejar de pie, que se joda y se canse hasta que caiga derrengao y no levante cabeza.
Pues ahí estaba intentando descifrar una ecuación numérica, alguna que otra derivada, con una integral que otra, además de otros complejos entramados matemáticos, cuando me he dado cuenta que no soy de números, ni de letras, y me quiero hacer el lissto cuando no lo soy, pero lo intento .Y como lo que más tengo a la altura de la inteligencia que pueda desarrollar, son mis dedos con las palabras que encuentro en este tablero lingüístico, donde las variables y composiciones con y sin repetición también tienen lo suyo para poder descifrar, pues me lío al palabrerío.
Solo quiero dejar constancia ante las que se nos avecina de procesiones y desfiles de cucuruchos; dar mi opinión y observaciones varias ante tanto dogma de fe.
El caso que trato replantearme, es la cuestión fehaciente de las creencias personales sobre las suposiciones y enigmas que nos mantienen en una vida montada sobre conjeturas, deducciones y sospechas, tal es el caso de todo lo relacionado con lo llamado sobrenatural.
Perdonen mi escepticismo sobre éstos temas a tratar a partir de ya.
YA: El pensamiento de cada uno es único, además de intransferible (salvo algunos casos, o más; porque casi todos o menos, somos susceptibles de ser convencidos de algo en lo que no creemos), y por ahora dada ya mi edad, sigo con la mismas creencias y postulados al respecto de lo que se trata, como cuando tenía muchos años menos, creo que salvo en los años que ocupé en la niñez, siempre he mantenido las mismas convicciones en relación a lo que tratamos o trataremos (vamos, lo que voy a tratar de "exposicionar").
Empecemos.
Dada la cercanía en el tiempo que se avecina, con las mas y célebres costumbres, o tradiciones que practicamos, o practican los católicos, para oficiar o venerar la muerte y resurrección de un señor, que según un libro escrito entre 900 a.C y 100 d. C., recopilando escritos separados, cuya fe tanto judaica como cristiana se atribuyen, aunque los primeros no reconocen el nuevo testamento que compone parte de éste libro.
Un escrito a base de testimonios o invenciones fantásticas de relatos a lo largo de mil años, de procedencia griega, latina y judaica, que hasta el año aproximado de 400 d. C., la iglesia en algún concilio hizo suyo y así, hasta hoy.
Aquí pasa como en las guerras, que la historia la escribe el vencedor y nos la cuenta con viento de poniente. Pues los magos y sacerdotisos del tiempo de las tribus, fueron adaptando e imponiendo su criterio religioso al de los escritos, para reunir más adeptos con la base de vivencias paranormales de unos visionarios o profetas, que fueron entronizados a los altares como santos, al ser capaces de predecir y contar cada supuesta acción sobrenatural que la población deseosa de fenómenos dignos de seguir y creer, les haría llegar al paraíso proclamado por dichos escritos. Si aún hoy somos susceptibles de creer en cualquier cosa con la cultura y desarrollo que se supone nos diferencia de nuestros antepasados, como para no pensar que tiempo ha, se tragaban cualquier cuento como el que les pudo contar Brian, en el relato de su vida, que con tanto acierto hizo película para saber la verdadera historia del nacimiento del cristianismo.
¿Cómo podemos darle a tales escritos una veracidad, solamente con la fuerza de la fe que en ellos depositamos?. Podemos creer que a un señor que lo han maltratado hasta la extenuación, clavado en una cruz muriendo en ella y resucitado a los tres días, es el ser que guía nuestro destino, o designios por creer en él o no, todo ello puede influir en nuestras decisiones o influencia en nuestra vida.
Por cierto, ¿de dónde sale tanta virgen para venerar?, y siendo mujeres éstas, ¿porqué no admirar más a las reales? que forman parte de la sociedad igualando todos los derechos de los que el hombre abusa para demostrar su superioridad. Habiendo fallecido en lo últimos treinta años 2400 mujeres a manos de sus queridos, que tanto las amaban, el triple de asesinatos de ETA en cincuenta años. Da qué pensar, ¿verdad?, pero ¿quién soy yo para dirigir masas hacia el precipicio de la incertidumbre?, donde nada está claro y cada uno tiene su punto de vista.
Porque una cosa es la creencia en actos de fe y otra muy distinta la constatación demostrada de diferentes hechos y sucesos comprobables bajo unas medidas lógicas que todo el mundo da como válidas.
No me voy a meter en mas berenjenales, que luego salgo escaldado. Así que, como buen tolerante con todos los sistemas de medición (me da igual que sea en milímetros o en pulgadas), así como también tolero opiniones y actos que no falten al decoro y respeto por las personas (cosa que si no he hecho y ha podido molestar a la fe de alguien, pido disculpas, al no ser esa mi intención), voy a hacer mi aportación fraseril y cita, para que quede en los anales de la historia. Por cierto que ya he puesto en mi cabecera del perfil.
- ALLÁ DONDE ANIDA LA INOCENCIA, LA ALEGRÍA BUSCA CONSUELO.
Un escrito a base de testimonios o invenciones fantásticas de relatos a lo largo de mil años, de procedencia griega, latina y judaica, que hasta el año aproximado de 400 d. C., la iglesia en algún concilio hizo suyo y así, hasta hoy.
Aquí pasa como en las guerras, que la historia la escribe el vencedor y nos la cuenta con viento de poniente. Pues los magos y sacerdotisos del tiempo de las tribus, fueron adaptando e imponiendo su criterio religioso al de los escritos, para reunir más adeptos con la base de vivencias paranormales de unos visionarios o profetas, que fueron entronizados a los altares como santos, al ser capaces de predecir y contar cada supuesta acción sobrenatural que la población deseosa de fenómenos dignos de seguir y creer, les haría llegar al paraíso proclamado por dichos escritos. Si aún hoy somos susceptibles de creer en cualquier cosa con la cultura y desarrollo que se supone nos diferencia de nuestros antepasados, como para no pensar que tiempo ha, se tragaban cualquier cuento como el que les pudo contar Brian, en el relato de su vida, que con tanto acierto hizo película para saber la verdadera historia del nacimiento del cristianismo.
¿Cómo podemos darle a tales escritos una veracidad, solamente con la fuerza de la fe que en ellos depositamos?. Podemos creer que a un señor que lo han maltratado hasta la extenuación, clavado en una cruz muriendo en ella y resucitado a los tres días, es el ser que guía nuestro destino, o designios por creer en él o no, todo ello puede influir en nuestras decisiones o influencia en nuestra vida.
Por cierto, ¿de dónde sale tanta virgen para venerar?, y siendo mujeres éstas, ¿porqué no admirar más a las reales? que forman parte de la sociedad igualando todos los derechos de los que el hombre abusa para demostrar su superioridad. Habiendo fallecido en lo últimos treinta años 2400 mujeres a manos de sus queridos, que tanto las amaban, el triple de asesinatos de ETA en cincuenta años. Da qué pensar, ¿verdad?, pero ¿quién soy yo para dirigir masas hacia el precipicio de la incertidumbre?, donde nada está claro y cada uno tiene su punto de vista.
Porque una cosa es la creencia en actos de fe y otra muy distinta la constatación demostrada de diferentes hechos y sucesos comprobables bajo unas medidas lógicas que todo el mundo da como válidas.
No me voy a meter en mas berenjenales, que luego salgo escaldado. Así que, como buen tolerante con todos los sistemas de medición (me da igual que sea en milímetros o en pulgadas), así como también tolero opiniones y actos que no falten al decoro y respeto por las personas (cosa que si no he hecho y ha podido molestar a la fe de alguien, pido disculpas, al no ser esa mi intención), voy a hacer mi aportación fraseril y cita, para que quede en los anales de la historia. Por cierto que ya he puesto en mi cabecera del perfil.
- ALLÁ DONDE ANIDA LA INOCENCIA, LA ALEGRÍA BUSCA CONSUELO.
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