viernes, 11 de noviembre de 2016

NADA NUEVO

             
                  tormenta. www.meteorologiaenred.com




                                          
La lluvia, no hizo la presencia esperada y anunciada por los servicios meteorológicos a temprana hora de la mañana, engañando a todos los que con tanta fe creían a pies juntillas los designios informativos, junto a la húmeda percepción reinante en un ambiente propicio para dicha deducción.
Pero no siempre la realidad cumple las predicciones hechas bajo datos fehacientes, propicios a ser llevados a la interpretación mas cercana a la estimación personal de quien con asiduidad se fía de ellos, haciéndo elegir al personal en ésta ocasión opciones erróneas, al verse provistos de paraguas y vestimenta apropiada para el evento acuoso esperado, intuyendo bajo la plomiza y granítica capa nubosa, como techo de hormigón pendiendo de un trueno impactante y rudo para desbordar entre sus grietas mal cimentadas entre sí, una copiosa cantidad de agua que por lo visto la solidez del encofrado nubloso, se encargó de sujetar con su buena conjunción sin dejar que se realizara la mas mínima fuga del liquido acuoso contenido en sus odres. Aunque, nada es definitivo hasta el momento en el que se decide que así sea, y el agua acumulada no tardaría mucho tiempo en reventar las nubes que la portaban.
La vista desde la ventana de la habitación era de un color grisáceo y muy poco esperanzador para el mantenimiento de un ánimo positivo.
La mayoría de la percepción desde la cama dejaba ver los tejados de algunos edificios, junto a los ventanales y terrazas de los más cercanos, y algún que otro árbol con el ramaje desprovisto de su habitual abrigo, cercanos a otros con sus habitantes adosados perennemente al tronco añejo. El cielo, encapotado  con las nubes cargadas hasta ofrecer una oscuridad cercana al ocaso del día, aún cuando estaba cercana la hora del mediodía. 
No hacía más de una hora que ocupaba aquella habitación,  sin acompañante y sorprendido de verse postrado en aquella posición , se mostraba cansado de estar de aquella manera, de crono supino que le era imposible modificar, por el drenaje lateral en el costado, y la imposibilidad del movimiento causado por el dolor que le afectaba a la zona renal. También le imposibilitaba en gran medida el giro del cuerpo, la sonda urinaria junto a la vía en el brazo con el suero fisiológico para la administración de antibióticos y calmantes.
En los hematomas cercanos a los ojos, denotaban en una primera impresión la disputa a golpes en un enfrentamiento. La agresión sufrida iba ya camino de su cuarto día desde que se produjo, habiendo despertado en la habitación al mantener las constantes vitales con los parámetros normales.
Aparte de los sintomas ya mencionadas, también le había dejado un vacío mental nublandole las sensaciones y causándole infinidad de interrogantes sin respuestas ni una explicación certera.
Después de pasar tres días en la UCI., inconsciente en la mayoria del tiempo pasado alli, causado por los calmantes que le mantenían sedado para suprimirle el sentido del dolor., había recobrado la conciencia y lo que percibía no era de su agrado.
Tenía un pinchazo causado por un cuchillo de cocina en el costado izquierdo que le afectó el riñón, dañando todo el sistema renal con sus complicaciones añadidas, y la gravedad de los golpes sufridos ya habian sido controlados y minimizados, los que le inflingieron durante la violenta pelea que tuvo que hacer frente para evitar una terrible desgracia.
No recordaba nada, ni el motivo por el que se encontraba en tal situación, cuando era capaz de deducir una lógica para explicarse la causa por la que se veía tendido un una cama, entre cables y sondas controlando sus constantes vitales los primeros y unidas a agujas las segundas, no entendía nada de todo lo que estaba viviendo.
Se encontraba solo, sin nadie que le acompañara, se preguntaba por la presencia cuanto menos de su madre, al verse en tal situación.
Un movimiento de la puerta, abriéndose al entrar una auxiliar de enfermería que traía el aparato para tomarle la tensión y el termómetro para comprobar su temperatura; le hizo sorprenderse en primer lugar y girando la cabeza hacia la sanitaria que se dirigía hacia él, ocasionó una leve sonrisa por ver a alguien que se ocupara por el estado de su salud. 
- Hola buenos días, ¿cómo te encuentras?.
- Hola, estoy aturdido y descolocado. No comprendo nada. ¿Sabe si está mi madre por aquí?. Le contestó Manuel, a la vez que se interesaba por su madre.
- Sí, no te preocupes. Ella ha estado en todo momento pendiente de tu estado. Ahora está tomándose un tentempié en la cafetería, mientras estabas dormido ha aprovechado para bajar.
Después de tomarle las mediciones de tensión y temperatura, la enfermera le comentó que con paciencia y tranquilidad le ayudaría a recuperarse, que no se preocupara porque todo iba muy bien, y yéndose hasta la puerta, cerró ésta.
Pasados unos minutos, observó a través de la ventana que se había iniciado la descarga de las gotas de agua sustentadas en diminutas particulas en suspensión que al adquirir un mayor tamaño, cayeron con fiereza sobre el plano del suelo y todo elemento que se interpusiera en su camino.
El agua golpeaba con violencia la cristalera del ventanal.
Por el pasillo avanzaba María, la madre de Pedro. Al llegar a la puerta de la habitación donde estaba su hijo, le pidió permiso al policía que custodiaba la habitación, para poder entrar.
A Pedro se le iluminó la cara al ver a su madre, mientras está se acercaba compunjida y con lágrimas resbalando su perfil.
Le besó y abrazó entre sollozos, sin que Pedro alcanzara a comprender los motivos por los que su madre se comportaba de tal manera, pensando quizá que la alegría de verle bien, causaba la emoción que expresaba con tanto énfasis.
María conversaba sobre la situación en la que se encontraba y que estaba fuera de todo peligro, aparte de cualquier complicación ocasional, pero que su recuperación era cuestión de tiempo. Por lo que había que tener paciencia y asumir su estancia en el hospital como una oportunidad para curarse bien.
Pedro también estaba conforme con la situación pero no llegaba a comprender cómo había llegado hasta allí.
Cuando llego el momento para preguntarle a su madre por el motivo que le llevó al hospital, María entre sollozos y sin parar de llorar le comunicó que su padre estaba dispuesto a agredirla a ella hasta temer por su vida y que él, llegó a casa cuando aquél, estaba agrediéndola y dispuesto a matarla con un cuchillo que portaba.
Al ver la escena Pedro, se abalanzó sobre su padre y tras una gran pelea y acuchillarse entre ambos, éste acabo con la vida de su padre, y por ese motivo estaba en la puerta un policía porque habían decretado su detención y protección judicial.
Fuera del hospital, seguía golpeando el agua los ventanales de la habitación, mientras madre e hijo estaban abrazados entre lágrimas.






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