
Propiedad del autor.
Allá donde se escondan las letras, estarán tramando alguna confabulación para formar palabras, y éstas palabras escondidas son las que intentaré buscar para desarrollar todo tipo de tramas, tanto reales como de invención. Buscar el rincón , la esquina o la puerta del armario donde los juegos nos hicieron crecer, callados y aguantando la risa o nerviosos e inquietos por miedo a ser descubiertos; junto a las palabras que nos hicieron sobresaltar, al escuchar nuestro nombre en un grito, reaccionando deprisa, corriendo, para salvar la vez al patear un bote. Recuerdos guardados, pensamientos nuevos junto a argumentos por desarrollar. Palabras; juntas, revueltas y aleatorias, danzaran por el tapiz de la ilusión, intentando hilvanar una historia. Sobre todo, para encontrar las mejores y deciros lo que os quiero (a conocidos, por supuesto)
Empiezo los relatos o relatitos, con mi premio púlicher, que no es otro que la única publicación hecha papel, encuadernada y a la venta, junto a otros autor@s.
Ocurrió cuando vi en una página web, la convocatoria para un concurso de relatos por internet, de un máximo no sé de cuantas palabras; y mandé un escrito que tenía junto a otros pensamientos, y demás chorradas que solía escribir cuando cogía un boli e intentaba ponerme estupendo..., pedí a algunos familiares y amigos que votaran por él, y salió publicado en una recopilación de relatos sobre fútbol.
"Futbolatos", se titula el libro.
Un relato de esos que cuenta un sábado o domingo, en el que estábamos apalancaos mi amigo Juan Carlos y yo. De repente, nos dió por movernos, levantando el ciclo de su aposento, y nos dimos el piro vampiro, luciendo una sonrisa.
Pondré otros (pocos son, no dan para mucho) que también están escondidos, arrinconados y acojonados de ver la luz, dudosos de su calidad para figurar en el planeta de las oraciones.
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