martes, 30 de junio de 2015

ES LA FELICIDAD, QUE PASE

            
Altiplanatur. J.A. Dengra. Facebook.                                       


Primeramente y sin dilación, lo más oportuno sería definir el significado de tal concepto o estado anímico que solemos nombrar como "felicidad", tan buscada y ansiada que está incrustada en el deseo del humano que no haya sido tocado, aunque solo sea un poquito de la perola.
La satisfacción, el contento y la dicha de las situaciones que en un momento dado de la vida, pasa por nuestros sentidos, haciéndonos ser partícipes de un estado mental agradable y acorde con la complacencia de nuestra conciencia, nos lleva a ser partícipes de sensaciones sensoriales que muestran una placidez espiritual que nos hace percibir las distintas situaciones que debemos afrontar con una empatía o positividad, acorde a nuestro estado anímico, que en el caso que nos ocupa, es de regocijo, gozo y, o deleite.
Pues calificando la felicidad como estado mental, se deduce por lógica que ésta, será momentánea y con mayor o menor duración según se produzcan las situaciones que nos hagan cambiar de actitud y afecten a nuestro estado anímico, variándolo a una situación que por distintos motivos empeore nuestras percepciones.
Dicho lo cuál, no debemos dar por hecho que el tipo de sensaciones placenteras que cada individuo siente o percibe, catalogando su estado de feliz; da por supuesto que la persona a la que nos referimos hace o es cómplice de actitudes positivas, pues la felicidad de cada uno va en sintonía con la personalidad y el carácter que definen sus actos para congratularse con ellos y encontrando la ansiada felicidad, que por ejemplo puede estar en joderle la vida al prójimo.
Otro de los puntos o características a tener en cuenta, sin despreciarlas a la hora de catalogar un estado personal como feliz, es la situación psíquica relacionada con la salud y casos emocionales, que afecten a problemas sociales en los que se encuentre inmerso el sujeto en cuestión, para valorar su estado de felicidad en función de cómo es capaz de enfrentar dichas situaciones.
Los problemas que haya que afrontar, sean del tipo que sean; aunque influyan en el estado anímico y resten valores a la consecución de la dicha, el carácter de una personalidad positiva, siempre valorará otros factores con más importancia en el momento de calificar su sentimiento con la vida, que rodea a todas las percepciones sensitivas y que le haga desechar su desgraciada circunstancia en esa situación determinada, positivando su actitud para poder superarla y sentirse fortalecido por como hace frente a dichas circunstancias, y por ello; junto a factores adyacentes que influyen y ayudan en su capacidad para discernir satisfactoriamente en torno a todo lo que la vida le plantea, se siente seguro y no es óbice su situación para sentirse feliz.
La felicidad está dentro de cada uno, no importa que la situación sea de una forma o manera diferente a cada cuál. Lo que para uno vale, para otro no. Tan feliz puede ser la soledad para cualquiera, como la cantidad de amigos o gente circundante a su alrededor, la valore como necesaria para completar el círculo que englobe toda su máxima ventura. Distintos trabajos para satisfacer la emoción que cumpla expectativas y facilite la fortuna de llegar a la felicidad; las vidas en común de las familias, amigos, etc; mil variables que combinan para otorgar esa suerte, siempre será distinta para cada persona y su valor dependerá siempre de la personalidad y la preparación mental para afrontar determinadas circunstancias. 
Es una sensación tan subjetiva que la necesidad de contar con la participación de alguien o algo, algún elemento transformador del estado de la conciencia, haciendo cambiar ésta en el sentido más óptimo tambien lo será, según las necesidades personales que requieran en un momento determinado con una predisposición favorable a aceptar dichas ayudas, o acompañamiento más ecuánime, con el objetivo que se pretende desde el exterior para aumentar nuestra alegría o placer, si acaso es posible modificar.
Personalmente y como ejemplo de lo que trato de trasmitir, mi situación contractual con la vida, me debería situar en un estado que para nada se relaciona con la definición que a lo largo del escrituro intento explicar, pero mi personalidad y la gente que tengo conmigo, hacen que me sienta feliz a cada momento que pasa, sin tener  que negativizar ningún suceso de mi vida, lo cuál me da vitalidad y energía para tener esa sensación de felicidad.
Y vosotros, ¿sois felices?. A vuestra manera seguro. Espero que lo seáis, pues el simple hecho de leer puede producir felicidad, mostrar una sonrisa en un momento determinado ante cualquier eventualidad favorable, e incluso la mirada de tu ser más querido puede recordarte que nada de lo que intente sustraerte la vida, vale más que sentirse amado por quien es el sueño de tu felicidad.

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