sábado, 14 de febrero de 2015

Y AHORA, ¿QUÉ HACEMOS?

                      
                   Collage de Francisca Pageo para Naguisa
                                             naguisa.com  
                                                      
              


  
 Habrá que mojarse de una vez por todas. Claramente y sin ningún tipo de tapujos ni cortapisas, pues no hay nada mas desconcertante que mostrar ambigüedades en cuestiones catalogadas como básicas en el pensamiento propio.

Al ser ésta pizarra, una pantalla que por su difusión y alcance máximo, aunque no se pretenda; puede llegar a cualquier homo que le dé por interactuar en la red, y ya sea por equivocación o fallo del sistema, se abre en cualquier parte del mundo. Por lo tanto, uno ha de ser claro, concreto y conciso para la comprensión de lo que se quiere explicar.
Bueno, una cosa es lo que se intenta conseguir y otra, lo que se logra, pues si nos ponemos finos y exquisitos de aquí no sale ni un puto texto con sentido; que otra cosa no, pero conocerme, vamos que si me conozco. Así que al lío
La claridad en las disertaciones sobre cualquier tema, requiere una exposición escrita con los mínimos giros, recursos o manipulaciones del lenguaje, que procuran unos claros fines retóricos para desviar su uso normal, con el único fin de conseguir un efecto estilístico como la reiteración o repetición de elementos, intensificación o embellecimiento del mensaje, eficacia para deleitar, persuadir o conmover.
La concreción es una de las características mas ausentes en todos mis conglomerados letreriles. Si de algo estoy falto, es de exponerme brevemente ante las letras, más por mi ansiedad letreril que por otra cosa, porque desde el momento que me tocan las teclas, ya es muy difícil pararme y si alguien se entromete, es posible que se lleve una palabrota pegada en semejante parte, pero eso sí; sin violentar la actitud ni el deseo implícito de molestar. Nada mas lejos de mi intención. 
Parecerá mi conducta o acaso mostrará, un talante nada permisivo con una corrección o aclaración sobre alguna opinión equivocada (cosa que aún no ha sucedido por la falta de comentarios. Estarán de acuerdo con lo expuesto, digo yo), pues lo más que podré hacer, será meterles dos letritas y algún punto suspensivo entre ojo y ojo, que consiga con ello nublarles la visión..., o taponar los orificios nariceños con alguna "O", mayúscula claro.
La siguiente característica, no creo sea una señal aclaratoria de identificación de mi palabrerío, ya que la escritura concisa, breve y precisa, estará escondida en otras hojas..., de cálculo, para sumar o dividir dos números, porque aquí hay tal aglomeración de letras y signos que pueden resultar cansinos. 
Ahora, me resulta incómodo seguir esplayándome sobre el tema a tratar, puesto que tengo la extraña sensación de estar llegando a tocar las pelotas con tanto rollo. Me lo voy a pensar. Y todavía queda mecha por quemar.
Voy a envainar el sable y remitirme a otra entrada para explayarme con la intención y sentimiento deseado. Para escriturar a disgusto, no lo hago. Y sí, les concedo el favor de pirarme.     


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