miércoles, 11 de febrero de 2015

SENDEROS POR PISAR

                            
  franciscapageo.es 

  
 
 Hallé múltiples caminos por los que transitar, cuando los pasos me llevaron a descubrir, todo aquello que el pensamiento reclamaba. Las inquietudes, preguntas y certezas, agitaron las dudas que hacían retener escondida la voluntad. 
El viento sopló planeando sobre verdes terrenos escarchados, brillantes por el resplandor del rocío. Algunas tierras formadas por superficies escarpadas, alternaron con paisajes de planicies luminosas, cubiertas por laboriosos campos de labranza. La brisa siguió el itinerario marcado por ríos serpenteantes de aguas bravas, y sinuosos arroyos de mansa corriente también. 
Crucé por la dehesa, vadeando largas cañadas cubiertas de sol, rozando el encinar, el ganado entre alcornoques, dulce llanura coloreada por la jara. 
Anduve hasta verdes praderas junto a lomas arbóreas, durmiendo al raso con grandes rebaños de estrellas.
Busqué distintas rutas ideadas por la ilusión, fantaseando con la aventura, y acatando la aplastante versión de la realidad, que hacía de la travesía, una apuesta por recorrer.
Encontré vivencias por donde la imaginación pudiera interpretar la historia que escribiera mi proceder, recogiendo enseñanzas de cada detalle que una nueva alborada mostraba, y llenando el zurrón de diversas flores que adornaron la ruta.
No todos los pasos que di, por la linde siguieron, mas los que llegaron encauzados, no sin desbordamientos previos de incertidumbre y confusión lo hicieron, alterando así la dirección del itinerario, ocasionando el giro de rumbo que la razón recomendaba.
Mi orientación cambió como los vientos, danzando entre copas de altos abetos y sobre los perfiles de distintos arbustos, vislumbrando paisajes despejados y coloridos, como los nublados y grises tambien.
Fui dejando vivencias fortuitas, que la casualidad convirtió en rutinas entrañables y sentimientos difíciles de ignorar. De igual manera, aparecieron emociones distintas en complejas circunstancias que hicieron mella en la compresión de los afectos establecidos. Mas no por lejanas en el tiempo las he de echar en el olvido.
Y ahora, a mi recuerdo asoman, enredados entre caricias, aquellos besos que nunca di, al sortear los senderos que nunca pude pisar; quebrados, partidos y llenos de dolor, por la discutible elección del albedrío; lloran desconsolados por tal desprecio, pidiéndome cuentas.
Sí, lo recuerdo. Unas miradas. Unos gestos, unas sonrisas, unas palabras cariñosas, un abrazo, y una ilusión.
Recuerdo una mano tendida y una canción.
Quizás la añoranza del tiempo que antaño pasó, en nada supere a aquél que no logró traspasar las barreras para que sucedieran las circunstancias que pudieron ser, de otra manera.



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