
Revista Rambla. www.tebeosfera.com
De todos los días iguales, sin embargo, no hay dos parecidos, aunque la rutina aburre al ser repetitiva y constante, siempre hay un detalle que difiere la percepción que del momento se tenia. Un olor, una situación que te hace ver las cosas en otro estado perceptivo, una mirada que te haga sonreír ante otra circunstancia, o simplemente que la rutina descubre otro camino con los mismos pasos pero diferentes paisajes. Hacen del día una vuelta con diferentes nubes y sombras nuevas que son las que te hacen descubrir que todavía tiene sentido mirar al cielo y encontrar diferentes diseños aptos para seguir soñando.
De todos los giros, en todas las vueltas, no encontrarás días iguales, aún siendo todos los días lo mismo. Idéntica pereza al levantarse y semejante cansancio al acostarse, pero lo que el día trae, mismas rutinas, iguales trayectos, mismos lugares; aún cambiando de país, o ciudad, la vida no cambia, no deja de ser la misma vivencia con diferentes decorados.
Que bonito el lugar donde has estado de vacaciones, los paisajes vistos y animales nuevos descubiertos, sensaciones nuevas, adrenalina que hace sentir experiencias nuevas, y sin embargo la vuelta te sume en un sinsabor amargo al reencontrarte con el estado anterior y vuelves a percibir que todo está inventado. No hay nada que se salga de lo existente, jugamos con situaciones evidentes de supervivencia, hacemos combinaciones aleatorias que nos producen mas o menos placer, pero no hay nada excepcional que nos saque de la modorra existencial que no hace mas que cuestionarnos el tipo de tonterías por las que luchamos sin resultado alguno, solo conseguimos dinero y posición que en nada satisface la verdadera cuestión principal del movimientos en giro que no nos permite salir de la inercia impulsora que nos mande a tomar por el bullaca.
He aquí la cuestión. El universo que portamos de células, microorganismos, bacterias, y todos los seres moleculares, nano pequeños con vida y quien sabe si con sentido, se transformaran en otras sustancias que reaccionaran en otros estados, ya sean líquidos o gaseosos dando lugar a otros organismos que tendrán o no, nuestra seña de identidad y se encargaran de formar otra persona o ente con distinta sensibilidad hacia lo venidero. Nuestros recuerdos formarán parte de algo etéreo e inútil, que perdurará mientras otro lleve ese recuerdo en la memoria, pero llegará el día en que nada quede; y de ahí que se me haya ocurrido plasmar mis pensamientos en la bitácora de éste buque con fatal destino. Alguien habrá que haga caso a ésta página, y lea, y recuerde, memorice, y se acuerde de un tiempo que pasamos juntos, o al lado de otro que pasaba por allí, para por lo menos contar a otros, y que alguien recuerde esos momentos vividos, quedando un punto donde poder empezar a relatar otra historia.
¿Pero, a quién le importa? Hay tantas cosas interesantes en el mundo, como para preocuparse de dos mierdas seguidas de un punto. Éste que acaba. Más el siguiente para hacer equipo.