jueves, 16 de abril de 2015

HOY NO SE FIA, MAÑANA TAMPOCO; PALLASHO.

Fondos de ilusión. compartiendofondos.blogspot.com.es

                     
                                         

Voy a desconectar un poco de recuerdos del pasado, para ejercer mi derecho a expresarme con total libertad sobre cualquier tema que la actualidad requiera de mi opinión, aunque a nadie le importe, ni tenga trascendencia en la generalidad de los círculos polares donde se fraguan todas las ideas. 
Los ejercicios que me han hecho plasmar todo lo relatado hasta ahora, me han ocasionado un síndrome del niño pequeño, que me ha metido en un bucle del que me está resultando muy difícil salir. 
Los años nos encierran en el calabozo de la inocencia, no dejándonos ver la maldad de nuestras acciones; porque al relatar la niñez nos creemos seres puros e inmaculados, desechando cualquier acto negativo en nuestro proceder; y claro, reconocer nuestros defectos y malas prácticas con el prójimo, cuesta asumirlo. 
Es cierto y en el empeño me encuentro, en aquél del que poco a poco me estoy quitando. En verdad me estoy quitando. Me cuesta un montón dejar de seguir relatando vivencias del pasado remoto, de los tiempos de cuando la abuela de Tarzán estaba hablando aún con el que sería abuelo del rey de los monos. Aunque la verdad es que llevo ya unas cuantas veladas de palabrerío que no menciono nada relacionado con tiempos pretéritos, así que de nada me vale enrollarme con tanta mamonada, que solo me hace dar vueltas, así que a otro párrafo.
Bueno, pero todo esto a fin de cuentas es metralla que puede dañar con un roce sin importancia, porque qué difícil es reconocer que hemos cometido algún hecho contra personas o en su defecto, que actuamos en determinadas ocasiones con maldad para hacer daño al mas cercano o mas débil, que con nuestra superioridad podamos dañar su integridad.
El contacto laboral que en mi opinión ocasiona muchas disputas y desequilibrios relacionados con la convivencia al existir una competencia desleal, y nada deseable por ser dañina para la estabilidad emocional, se convierte en una plataforma de inquina y resentimiento que va madurando la desconfianza en el prójimo.
Prestando un poco de atención a las conversaciones que se cruzan o platican cerca de uno, ya sea por casualidad o con intención de hacerlo, el 80%- 90%; de dichas charlas lo son para desprestigiar o criticar negativamente a otra persona.
No define la actitud maligna de la persona el hecho de criticar, porque denota un estado que socialmente está demostrado que es inherente al ser humano como salida de escape a nuestras formas sociales de actuación y además libera sustancias que benefician el normal desarrollo mental de la psique, ayudando a la convivencia. Vamos, en palabras sin vueltas  ni recovecos; que es bueno criticar, en su justa medida.
Me alegro del bien de los demás, me enorgullecen sus logros y me sienta bien que a los que conozco y son de mi tribu sean mas felices que yo. Sobre todo a los que quiero. No tengo envidia de nadie, ni rencor que me corroa las entrañas, y si me siento perjudicado en cualquier caso, pues dejo de beber menta poleo.
La mayoría de las características que ocasionan dichos desequilibrios tienen que ver con la ambición, si se ambiciona lo que no se tiene con actitud obsesiva, puede ocasionar paranoias que desencadenen rupturas con diferentes estados sociales, emocionales y hasta familiares por disputas al intentar conseguir lo ambicionado sin posibilidad de lograrlo.
La aceptación de lo que se tiene y la conformidad con lo conseguido, estabiliza la paz mental al no buscar algo que no es necesario, pues estamos llenos de necesidades creadas innecesariamente, que no hacen tanta falta para la vida común.
Aunque lo venido de mas, no tiene ninguna connotación negativa y la ambición en su justa medida otorga tranquilidad al espíritu, creado por la satisfacción de lo conseguido. 
La virtud está en la mesura, y en la moderación el gusto. 
Palabra de dos, te alabamos por terror, miedo y acojonados estamos de que no nos lleves contigo al paraíso del amor, donde flipados todo el tiempo estaremos.
Y decía al principio no sé qué de la maldad que llevamos dentro y luego no digo ni pío relacionado con ello, pero es lógico porque casi todos creemos que somos buenas personas, los demás son los que ven nuestras deficiencias mas acentuadas y los que nos juzgan, incluyéndome en el todos generalizado.   
Por acabar ya, dado el cariz que puede llegar a tomar el texto, voy a decir que me piro  y lo dejo aquí... pero creo que me estoy repitiendo un poco, me lo voy a hacer mirar.              



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